viernes, 6 de febrero de 2009

LA EMIGRACIÓN CUBANA: MIRADAS (III)

por Jorge Gómez Barata

La emigración cubana en Estados Unidos es un fenómeno objetivo de naturaleza económica, social y política cuya dinámica opera, no sólo por estímulos externos sino también por una lógica propia, en ciertos aspectos con una independencia relativa respecto a las legislaciones, las políticas e incluso a la voluntad de los gobiernos.

Emigración ─ se afirma ─ genera emigración. Esa circunstancia ratifica la certeza de la actitud del gobierno cubano al trabajar, junto a los emigrados por la normalización de las relaciones y los flujos migratorios y ordenar tales procesos sin intentar suprimirlos ni manipularlos.

De los atributos mencionados, el carácter económico y social de la emigración son constantes mientras que su naturaleza política es un añadido circunstancial que puede modificarse y de hecho comenzó a atenuarse a partir de los diálogos de 1978 cuando, por medio de viajes y otros intercambios de naturaleza privada y oficial se inició la normalización de las relaciones entre la Nación y la Emigración , proceso que será irreversible cuando la administración norteamericana deje de utilizar la emigración como instrumento político contra la Revolución.

Al encuentro de la remoción de los ángulos políticos, vienen los procesos sociológicos ligados a los cambios en la de motivación de los inmigrantes, las diferencias en la composición social de las nuevas oleadas migratorias, así como la atenuación de los acentos políticos con que las nuevas generaciones perciben la realidad y ajustan sus comportamientos, fenómeno al que no son ajenas la Isla ni la emigración.

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